Buenas gente... Después de un finde tan movido como un granadero en guardia, y más emocionante que una final de ajedrez por televisión, me he dignado a volver a hacer una entrada para demostrar que no sólo soy un boludo, sino un boludo con continuidad. De paso les cuento que mis fines de semana son como las sorpresas de los huevitos Kinder: cuando era mas chico eran una masa, pero ahora vienen cada vez mas decadentes... Aunque por suerte últimamente están remontando un poco, como un pichón que recién se aventura a volar fuera del nido tras pasar el frío invierno. Pero ojo, no todo es tan utópico... El mismo papel que en ejemplo del pájaro jugaría un pibe malo con una gomera, que lo baja de un hondazo y después juega con su cadáver metiéndole un palito por el culo, en mi caso lo ocupa mi bolsillo, que está seco como la lengua de un loro que está deambulando hace dos meses por el desierto del Sahara, en pleno verano, y justo debajo del agujero de la capa de ozono. Que por qué estoy tan pobre? El motivo realmente vale la pena: el 18 de Septiembre, día que espero con ansias, me voy a Salta a ver, una vez más, al más grande: al Indio Solari. Y esto no es un dato en vano, no va a quedar acá: cuando vuelva les voy a contar lo mejor de mi aventura y de mi faso, ehh perdón, digo paso, por "la linda".
En fin, así comienza mi semana: sin plata pero contento!
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