El crecimiento es algo que se puede experimentar a diario, y no sólo de la mano de las deudas, la panza, los precios, los hermanos, las vecinitas que uno conoció de chicas pero ahora tienen 16 y están para infartarse, o las canas, entre otras. También hay crecimientos personales, encabezados por el aprendizaje, la creación, la efectividad... Y, metiéndonos en lo que nos compete (me sorprendo dándome cuenta que no puedo decir compete sin pensar en tu vieja), también existen los crecimientos grupales. Ese equipo conformado por cuatro jugadores cuya habilidad es comparable a la de un escalope (más el típico e infaltable gordito que ataja) que consigue, tras inefables errores de la defensa rival, dos perros intimando que llaman la atención y distraen al arquero, y un viento favorable, su primer gol en el torneo de barrio, ESE EQUIPO acaba de experimentar un crecimiento grupal. Ese grupo de estudiantes frustrados que, a fuerza de copiarse y venciendo por unas horas su florecida ignorancia, logra aprobar el trabajo grupal (valga la redundancia) que les fué asignado, ESE GRUPO también experimenta un crecimiento grupal. Esa manada de ladillas que conquista nuevos horizontes púbicos, habiendo resistido al (escaso) lavado con jabón de su portador, ESA MANADA también acaba de crecer en forma grupal. De esa manera, este pequeño staff de adolescentes perdidos hoy se nutre de nuevas opiniones, nuevos estilos, nuevas humoradas de dudoso gusto, nuevos estándares de discriminación y nuevos puntos de vista sobre temas sin aparente relevancia; estamos en condiciones, entonces, de sostener y afirmar que esto representa un crecimiento. Que no tenga fines serios, como luchar por la paz, bañar leprosos, peinar calvos, o formar un coro de mudos; o al menos que esos fines mismos no sean de lo más notorios, no desmerece el hecho de que hayamos crecido.
Crecimos. Creciste. Vos, lector frecuente, hoy sos una persona nueva. Este es un momento bisagra en tu vida. Aprovechalo.
Y a ustedes, estimados nuevos tripulantes de este navío que surca las aguas del aburrimiento y rompe las olas de la ignorancia con un fuerte casco de agudos comentarios y velas impulsadas por los vientos de más exquisito ingenio, les doy (desde mi humilde posición de amo y rey absoluto de mi pequeño universo mental, dónde sólo yo doy las órdenes y sólo yo me hago caso) la bienvenida a bordo; como supo decir el gran Skay Beilinson, con la proa en el Norte y la Cruz en el Sur!
Salud
Nahue
4 comentarios:
Amén, y gracias.
Muy bueno
Oh! Muchas gracias por la cordial bienvenida! Me senti muy identificado por las palabras deuda, panza, vecinita y frustrado!
Halabaria a nahue como siempre, pero ya no lo quiero mas por ser tan cruel hacia mi persona...
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