El lunes es el cumpleaños de Mauri. Planeabamos festejarlo jugando al paintball casero, o sea, a los chorros de soda en la placita Azul de Rodriguez, pero nos dimos cuenta de que quizá muchos perdamos los globos oculares en batalla (y de que la soda está muy cara). Terminamos eligiendo la opción más sana, que es comprar unas frutillas, azucar, hielo, ron... y hacer daikiris. Y bueno, si hay daikiri, hay cerveza. Quizá tambien tekila. Después, si podemos abrir la puerta de la casa, vamos a ir a la plaza a jugar unos partiditos de fulbo. Es muy probable que no podamos armar los equipos, que no podamos recordar quién es de qué equipo, que no sepamos cuál es nuestro arco, y que terminemos barriendo a alguien que no tenía la pelota, y que ni siquiera estaba jugando. Pensamos en pintarnos la cara de algún color, para poder distinguirnos, y porque tenemos ganas de pintarnos la cara de algún color. Yo ya canté el rojo, y no me importa si represento al Partido Comunista o si represento a Inglaterra. Mauri se la va a pintar de azul, y va a representar al PJ (Partido Jodido, según él), o a Argentina.
En fin, seguramente va a ser un lindo cumpleaños, pero no importa, porque seguro que el martes no nos vamos a acordar de nada.
Pd: por suerte Mauri tiene una cámara con la que podemos filmar el momento en el que nos llevan en cana a todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario