28 mayo, 2010

212- "El carancho" de Edgardo Alanpo




I
En una noche de bajón, inquieto
releía un vetusto mamotreto
cuando creí escuchar
un extraño ruido, de repente
como si alguien tocase suavemente
a mi puerta: «La pizza bien caliente
es, dije y nada más » .
II
¡Ah! me acuerdo muy bien; era en invierno
e impaciente medía el tiempo eterno
cansado de buscar
en la hierba la calma bienhechora
al dolor de mi muerta Alondra
que habita con los súcubos ahora
¡para siempre jamás!
III
Sentí el sedeño y crujidor y elástico
rozar de las cortinas, un fantástico
terror, como jamás
sentido había y quise aquel ruido
explicando, mi espíritu oprimido
calmar por fin: «Un delivery jodido
es, dije y nada más ».
IV
Ya sintiendo más calma: «Caballero
exclamé, o dama, suplicaros quiero
os sirváis excusar
mas mi atención no estaba bien despierta
y fui a recibir mi cena de pizzeria Ruperta...»
Abrí entonces de par en par la puerta:
tinieblas nada más.
V
Miro humo de faso, exploro la tiniebla
y siento entonces que mi estomago tiembla
turba de ideas flasheras cual
ningún otro mortal las tuvo antes
y escucho con oídos anhelantes
«Alondra » unas voces susurrantes
murmurar nada más.
VI
Vuelvo a mi estancia con pavor secreto
y a escuchar torno pálido e inquieto
más fuerte golpear;
«algo, me digo, toca en mi ventana,
encontrar quiero la pizza arcana
y calmar esta hambre sobrehumana »:
¡el viento y nada más!
VII
Y la ventana abrí: aspirando
vi entonces un carancho venerando
como ave de otra edad;
sin mayor ceremonia entró en mi sala
con tiza en nariz y pardas alas
y sobre un busto, en el dintel, de Palas
posóse duro y nada más.
VIII
Miro al pájaro pardo, sonriente
ante su grave y serio continente
y le comienzo a hablar,
no sin un dejo de intención irónica:
«Oh carancho, oh venerable ave anacrónica,
¿cuál es tu nombre en la región plutónica? »
Dijo el carancho: «Pcuá ».
IX
En este caso al par grotesco y raro
maravilléme al escuchar tan claro
tal nombre pronunciar
y debo confesar que sentí susto
pues ante nadie, creo, tuvo el gusto
de un carancho ver, posado sobre un busto
con tal nombre: «Pcuá ».
X

Cual si hubiese vertido en ese acento
el alma, calló el ave y ni un momento
las plumas movió ya,
«otros de mí han huido y se me alcanza
que él partirá mañana sin tardanza
como me ha abandonado el tranza »;
dijo el carancho: «¡Pcuá! »
XI
Una respuesta al escuchar tan neta
me dije, no sin inquietud secreta,
«Es esto nada más.
Cuanto aprendió de un amo merqueado,
a quien tenaz ha perseguido el hado
y por solo estribillo ha conservado
¡ese pcuá, pcuá! » 
XII
Rodé mi asiento hasta quedar enfrente
de la puerta, del busto y del vidente
carancho y entonces ya
reclinado en la blanda sedería
en ensueños fantásticos me hundía,
pensando siempre que decir querría
aquel pcuá, pcuá.
XIII
Largo tiempo quedéme así en reposo
aquel extraño pájaro roncho
mirando sin cesar,
ocupaba el diván de terciopelo
dos juntos nos sentamos y en mi duelo
pensaba que Ella, nunca en este suelo
lo ocuparía más.
XIV
Entonces parecióme el aire denso
con el aroma de quemado incienso
de un invisible altar;
y escucho voces repetir fervientes:
«Olvida a Alondra, bebe la cerveza
bebe el olvido de sus letales tetas »;
dijo el carancho:  «¡Pcuá! »
XV
«Profeta, dije, augur de otras edades
que robaron pollitos y otras aves
aquí para mi mal,
huésped de esta morada de tristura,
dí, fosco engendro del paquete de frituras,
si un bálsamo habrá al fin a mi amargura »:
dijo el carancho:  «¡Pcuá! »
XVI
«Profeta, dije, o diablo, infausto carancho
por Dios, venís a cascotearme el rancho,
pájaro culorroto
dime si alguna vez a Alondra
volveré a verle los pezones y la aureola
donde feliz con los querubines mora »;
dijo el carancho:  «¡Pcua! »
XVII
«Sea tal palabra la postrera
retorna a la plutónica nevera,»
grité:  «¡No vuelvas más,
antes tráeme una chela y una tuca
y vete a la mierda carancho joputa
libra por fin el peso que me abrupta! »
dijo el carancho:  «¡Pcua! »
XVIII
Y el carancho inmóvil, fúnebre y adusto
sigue siempre de Palas sobre el busto
y bajo mi fanal,
proyecta mancha de mierda en la alfombra
y su mirada bien durazna asombra...
¡Ay! ¿Mi alma enlutada de su sombra
se librará? ¡De acá!.... Digo "¡Pcuá!"

Poema Clásico en Borrador de Edgardo Alanpo (1868)

5 comentarios:

Guada dijo...

¿Cómo sabés que a la gente no le gustó/no lo entendió si no te comentaron?
¿Acaso interrogás a la gente en privado? :O
Te descubrí.

Mencantó, este Edgardo Alanpo siempre tan capo, eh, poemas de barrio, él sí tiene calle.

¡Viva el carancho!

Glío dijo...

Desde mi humilde lugar de chusma de su blog debo darle mi mano derecha al que escribio esto. y por q no la izquierda?
GE NIA LI DAD

agustina dijo...

micaraconchalavera (eso leí en un principio)

saludos.

Unknown dijo...

Guada: Interrogo a la gente en privado, si. Y la gente me dijo que se reia de a ratos por lo que decia, pero que no se entendia bien. Igual lo tomo como el texto origi.... digo, copiado por Edgard Allan Poe a quien tampoco entendio mucha gente, asi que posteriormente voy a poner otro escrito de Edgardo donde explica el desarrollo de la obra.

Madhatter: Que bueno que seas ambidiestro para felicitar. Yo hace tanto que no felicito ni me felicitan que ya me olvide con que mano lo hago (porque hago diversas cosas con diversas manos (si, entiendan como que tengo muchas manos, o que hago cosas siniestras con las 4 que tengo))

Unknown dijo...

agustina: si leiste eso claramente tenes una fijacion con tu cara, concha y labio (no podria especificar con cual). Gracias por pasar.