16 febrero, 2011

290 - San Valentín

Che, nadie va a decir nada de San Valentín? desde cuando dejamos pasar festejos anglosajones sin ofrecer un mínimo berrinche?

Esto es información encontrada por el Arbusto, sacada de esas páginas evangélicas que le gusta frecuentar:
 
 
Siendo Satanás un ángel desviado, es espíritu, carente de cuerpo humano. Sin embargo, se nos ha formado una imagen en nuestra mente de un ser físico, horrible, medio hombre medio animal, vestido de rojo, que representa el fuego eterno y con un tridente. Para esta figura tenemos que irnos a la mitología clásica para encontrar su antecedente en el "dios Pan", llamado así en Grecia. Este dios tenía el cuerpo velludo, patas de cabra y en su cabeza una cornamenta de macho cabrio. Como verán existen bastantes similitudes con la imagen que se nos ha impreso de Satanás.
El 15 de febrero, empezaban las fiestas en honor de Pan, dios de la potencia generadora de la naturaleza, símbolo del hambre sexual irreprimible e insaciable, así como de la dimensión instintiva de los seres humanos, (la actual fiesta de los enamorados se festeja el 14 de Febrero). A Pan se lo conoce también como Lupercus, de ahí el nombre de estas famosas celebraciones: las Lupercales que, al parecer, eran la reelaboración de una fiesta más antigua aun. Según la tradición Pan violaba en los bosques a quienes osaban atravesarlos, sin ningún reparo en la jerarquía, edad o sexo: de ahí proviene la palabra "pánico". Se lo representaba como un ser mitad humano y mitad cabra y de esta representación –más el tridente de Neptuno- se derivó luego la imagen católica del diablo. En la mitología indígena de los andes se teme a un ser de características algo similares, que con un miembro descomunal viola a las mujeres que cruzan los páramos.
  Como se supondrá, los rituales estaban llenos de furor sexual, que presagiaba la relativa cercanía de la primavera, en donde todo era fecundación y floración.

  Las Lupercales eran fiestas de purificación. Para el efecto, los sacerdotes se cubrían con pieles de cabras y con el pelo de las mismas se confeccionaban sendos "látigos" con los que dos niños azotaban a las personas que encontraban a lo largo del Palatino a fin de "impregnarlas" de la potencia fecundadora de las cabras y, al mismo tiempo, purificar sus cuerpos para que pudieran concebir hijos sanos y fuertes. Uno de los ritos más esperados consistía en introducir en una caja ciertas prendas con el nombre de las adolescentes y hacer que a su turno los muchachos metieran la mano en el cajón y sacaran la prenda de la que, de ahí en adelante sería su compañera de diversión a lo largo del año. Lupercus era pues el propiciador de la unión sexual y del ardor inagotable.
 
Se le rendían distintos sacrificios, pues existía la creencia de que sólo así se podía aplacar la ira de este ser que sus mismos súbditos consideraban horrendo, debido no sólo a su apariencia sino también a que sembraba terror sobre toda la tierra y era despiadado. Según las creencias de los pueblos antiguos, este ser maligno residía en medio de las sombras y las tinieblas.
Conforme a las costumbres paganas, la única forma de aplacar el constante furor de este espíritu malvado era con ceremonias en las que se le agasajaba como invitado principal. Así, con excesos carnales se satisfacía temporalmente el apetito del dios y cada cierto período se debían repetir los ritos para mantener en sosiego a este siniestro ser.
Con el paso de los años, Grecia se fue desarrollando y extendió su paganismo. El pueblo adoptó el culto a aquel dios malvado y realizar ceremonias periódicas. Entonces, cuando la civilización entró en su apogeo decidieron nombrarlo de manera distinta, menos grotesco y más acorde con el desarrollo de su alta cultura, designándolo entonces como "Eros", es decir, "dios del placer".
Pero, se produjo nuevamente el fenómeno de transculturación: esto es, el pueblo romano invasor absorbió la cultura griega incluyendo sus creencias religiosas. Fue así, entonces, como los romanos conocieron a los dioses griegos, entre ellos a Eros.
Pero el astuto y altivo Imperio Romano, cuando adoptaba creencias o costumbres de otros pueblos, las sometía a procesos de transformación para validar su grandeza y dominio sobre las demás culturas. La imagen griega del dios adolescente desnudo Eros fue transformado en otra aún más joven, feminizada y con alas. Entonces lo llamaron Cupido.

Los romanos eligieron una fecha especial para festejar a este nuevo dios "Cupido" de los "placeres carnales", a fin de entregarse a las orgías. Como la creencia griega decía que Eros era fruto de la fertilidad de Venus, los romanos dispusieron ubicar al ahora "Cupido" en el mes de la fertilidad pagana romana, es decir, en Febrero. Y eligieron el día 14 por quedar justo en la mitad del mes, cuando se iniciaban las siembras en los campos.
Pasaron los siglos de gloria y fortuna para los romanos. El imperio empezó a decaer. Los romanos trataban de salvar su decaído imperio; se aferraban a cualquier cosa que les permitiera sobrevivir y, entonces, en un cálculo político y como maniobra para evitar su desaparición, adoptaron el cristianismo.

El reino decadente de Roma debía conciliar las creencias paganas con la fe cristiana para mantener la conciliación en su pueblo. Para ello sustituyó las fiestas paganas por los de hombres "santos" del catolicismo. Para el caso de la celebración del 14 de febrero, se eliminó a Cupido y se le instituyó por "San Valentín". No existe certeza hoy de quién fue este santo, pues los mismos historiadores romanos y católicos se contradicen. Algunos afirman que Valentín (o Valentino) fue un hereje, quien no logrando obtener los favores del papado para ser arzobispo, renegó de la fe y abrazó el gnosticismo, fundando una secta secreta. Sobre este asunto los investigadores no han logrado ponerse de acuerdo.
Pero aquel dios inicialmente identificado como "el que reina el mundo desde las tinieblas", luego llamado "el fruto de los placeres mundanos", después designado como el dios griego "Eros" y más tarde como el dios romano "Cupido" son, todos, el mismo personaje. Y a ese mismo se lo vino a llamar finalmente "San Valentín".


A que te salteaste toda la información anterior y ya le compraste a tu novia un osito de peluche fabricado en China que dice I Love You.

[Disculpen que a mis preguntas no les ponga el primer signo de interrogación, es que mi teclado está diseñado para idiomas anglosajones. Por suerte ya descubrí cómo hacer la Ñ.]

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